Arthur González
La verdad no se puede esconder por mucho tiempo y como el sol, siempre sale a dar su luz.
Desde hace algunos días las acciones provocativas de los contrarrevolucionarios creados, entrenados y financiados por Washington se hacen más visibles, respaldadas por una amplia campaña en las redes sociales y algunos diarios de Estados Unidos, de la supuesta represión y acoso de la cual son “víctimas inocentes”, con la finalidad de preparar a la opinión pública con la intensión de crear condiciones para que el Papa Francisco hable del tema en su próxima visita a Cuba.La historia es reiterada, solo basta con darle una revisión a la prensa de los años anteriores para ver la similitud de las noticias previo a las visitas de San Juan Pablo II y Benedicto XVI, algo que demuestra la escasa creatividad de los asalariados y sus instructores en Estados Unidos.
Pero no hay nada mejor que un día tras otro, y ahora se van destapando los responsables de esas provocaciones.
La llamada Fundación Nacional Cubano Americana creada bajo la presidencia de Ronald Reagan, como mecanismo para alejar públicamente a la CIA de su accionar subversivo contra la Revolución, e implicada en múltiples actos de terrorismo orgánico, declaró el 08 de julio que exigía la inmediata e incondicional de 27 presos “políticos” cubanos.
Como se sabe toda esa campaña es parte del montaje que pretenden prepararle al Papa Francisco en un intento por desprestigiar la figura del Cardenal Jaime Ortega Alamino, artífice de la liberación de 75 presos entre ellos algunos de los que ahora le muerden la mano, por haber dicho a la prensa española que en Cuba actualmente no hay presos por causas políticas, sino por delitos comunes.
Eso fue suficiente para que los asalariados de Washington iniciaran una cruzada de acusaciones y ofensas sobre su persona, demostrando la baja calaña de quienes se auto califican “defensores de los derechos humanos”, algo que el también Arzobispo de la Habana conoce a la perfección.
Sin embargo, la FNCA no habla del preso político más antiguo de América, el puertorriqueño Óscar López Rivera, independentista preso desde hace 34 años en cárceles norteamericanas bajo condiciones de aislamiento durante 13 años sin derecho a nada, solo hablar de independencia, libertad y patria en Puerto Rico.
Tampoco la FNCA le reclama a la justicia de Estados Unidos por no llevar a la Corte a los policías blancos que han asesinado a jóvenes y adolescentes negros, algo realmente monstruoso y condenable por todo el que tenga un hijo y sepa del dolor humano de perderlo a manos de asesinos que se pasean libremente como no hubiesen hecho nada.
La inventada Asociación de Presos y ex Presos Políticos en Cuba, algo que nadie conoce ni dentro ni fuera de la isla, no se solidariza con el puertorriqueño que si sufre los rigores de una prisión cruel y despiadada; mucho menos hay declaraciones de la subsecretaria de Estado, Roberta Jacobson, sobre ese caso, al que seguro lo encuentra justo.
Para ese hombre que sufre prisión desde hace más de un cuarto de siglo no hay campañas de prensa ni organizaciones europeas o el propio parlamento le otorgan premios, como hacen con cubanos asalariados de los yanquis que nunca han sufrido los rigores de la cárcel como Óscar López Rivera.
Este es un caso para presentárselo al Papa Francisco durante su visita a Cuba, al fin y al cabo como dijera José Martí “…Cuba y Puerto Rico son gemelas por la pasión de la libertad y el ánimo valiente…”