A la guerra generalizada de la derecha latinoamericana regentada por Estados Unidos contra los gobiernos progresistas o que sencillamente no son del agrado de Washington, se suma, el despliegue y las amenazas militares.
El tema atañe a todos los latinoamericanos y caribeños, que deberían estar ya activados en apoyo a las protestas en Perú, cuyo gobierno cada vez más se hunde en el descrédito y la sumisión.
El arribo del portaaviones norteamericano USS George Washington, con una dotación de tres mil 200 hombres y armamento diverso, ha generado protestas en Perú y se suma a la frecuente llegada de grupos militares de ese país.
Según un anuncio oficial previo, el navío nuclear surca aguas peruanas desde el martes y su presencia se prolongará hasta el domingo próximo, como parte de una gira suramericana, informó PL.
La nave cual zarpó del puerto japonés de Yokosuka, y tiene como destino la base naval de Norfolk, en Estados Unidos, donde será modernizada, según versión de Washington.
Sin embargo, diversas organizaciones políticas y sociales peruanas rechazan la presencia del navío y de ninguna manera creen que se trate solo de una visita inocente.
El analista Gustavo Espinoza calificó el arribo del portaaviones de «operación encubierta destinada a afirmar la presencia norteamericana no sólo en Perú, sino en America, en una circunstancia en la que el Imperio busca cambiar a como dé lugar la correlación de fuerzas imperante en la región».
Lo que ocurrirá con el arribo del navío militar, resulta ciertamente inédito: nunca antes sucedió. Y sólo aconteció en otros países como una invasión militar norteamericana. Así fue en buena parte del siglo XX, desde Puerto Rico, hasta Panamá, pasando por Nicaragua, Honduras, República Dominicana, Guatemala y otros países. Ahora, se trata de tropa.
La que se avecina, será una suerte de “Operación encubierta”. Y estará destinada a afirmar la presencia norteamericana no sólo en el Perú, sino en America, en una circunstancia en la que el Imperio busca cambiar a como dé lugar la correlación de fuerzas imperante en la región.
De esa voluntad, hay pruebas irrebatibles. Recientemente se denunció que la administración norteamericana “expulsó” de los Estados Unidos a miles de delincuentes integrantes de bandas criminales salvadoreñas -las “Maras”- que se hallaban encarcelados en distintos penales de USA, borrándoles los antecedentes criminales, a fin facilitarles el retorno al El Salvador y minar allí al gobierno de Sánchez Cerén.