El presidente Mauricio Macri entró por la Casa Rosada como un caballo de bríos incontrolables: quebró leyes, rompió normas, destruyó proyectos, y casi cinco meses después de su asunción anda metido en un quilombo (controversia, rollo) que no imaginó cuando decidió convertir de nuevo a Argentina en un incondicional aliado neoliberal de Estados Unidos.
El empresario, ex director del Atlético Boca Juniors —uno de los clubes de fútbol más famosos de la región— el multimillonario al que le faltaba ser dignatario, luego de gobernar en dos mandatos la Gran Buenos Aires, concentradora del gran capital en Argentina, pensó que era fácil decirle adiós…