Por Arthur González
Triste papel el de aquellos que le vendieron su alma al diablo y al final se han quedado sin barco ni espigón donde amarrarlo.
Así le sucede a Antonio González-Rodiles, quien pasó de un fugaz estrellato a un olvidado acompañante de las “Damas” de Blanco, presididas por la inculta y corrupta Berta Soler.
González-Rodiles quien recibió buena educación en su seno familiar y posteriormente en escuelas cubanas, fue a residir a México con su esposa mexicana rodeado de un ambiente de clase media, pero su ambición por el dinero lo hizo caer en manos de oficiales de los servicios de inteligencia estadounidenses, quienes le vendieron un proyecto subversivo que no pudo llevar a cabo.
Creyéndose que lograría ser un líder de la “opinión” interna, regresó a La Habana dejando atrás a hijos y esposa mexicanos, para iniciar el frustrado proyecto Estado de Sats, el cual no tuvo…
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