Las payasadas de las Damas de Blanco son la garantía para el pago. Y como si fuera poco, la policía cubana cuidando su integridad.
Por Salvador Capote. Si alguien está preso por violar la ley aduciendo una motivación política no se convierte por eso en preso político, mucho menos si recibe, además, dinero o beneficios de gobiernos u organizaciones extranjeras. Muchos de los que en Miami llaman presos políticos tienen en Cuba un abultado expediente de delitos comunes.
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