Misión Verdad
Este lunes en la OEA nuevamente se realizó una sesión del Consejo Permanente en la que el tema principal fue la apertura de un canal humanitario en Venezuela. Como ha sucedido en otras ocasiones, fue convocada sin el aval del país caribeño y sin una condena explícita a las sanciones de Estados Unidos.
La sesión y los «expertos»
La sesión, que continúa este miércoles, se centró principalmente en los efectos de la crisis en Venezuela a través de la perspectiva de «expertos» y «especialistas» como Cáritas Venezuela y el doctor Julián Castro de la Universidad Central de Venezuela. Otra de las voces escuchadas fue la del cardenal Baltazar Porras, conocido en el país por sus furibundas posiciones antichavistas y haber apoyado el golpe de Estado a Hugo Chávez en 2002.
En 2005, específicamente Porras, ofreció a Estados Unidos todos los servicios sociales y programas de la Iglesia Católica en los barrios de Venezuela para desestabilizar al Gobierno venezolano, según un cable de la embajada estadounidense en Caracas desclasificado por WikiLeaks.
Con el piso brindado por los testimonios de estos «expertos», apuntados a teledirigir todas las críticas al Estado venezolano y obviar el bloqueo contra el país, los 12 países que convocaron la reunión hicieron especial énfasis en la apertura de un canal humanitario en Venezuela. Esto apoyándose en las cifras manipuladas de la inmigración venezolana a sus territorios, producto de los efectos de la guerra económica y financiera contra Venezuela.
Por su parte, el representante de Estados Unidos en la OEA, Carlos Trujillo, culpó al Gobierno de Nicolás Maduro de utilizar la distribución de medicinas y alimentos como un «método de control social» a través de los Consejos Locales de Producción y Abastecimiento (CLAP) y el Carnet de la Patria. El mismo guión fue repetido por el secretario general de la OEA, Luis Almagro, en su alocución posterior al discurso de Trujillo.