Por Arthur González.
El recién electo presidente de Brasil, capitán Jair Bolsonaro, para parecerse aún más a su ídolo Donald Trump, tomó en una mano el garrote y en el otra una zanahoria, como si el mundo no supiera el nefasto resultado de esa vieja política yanqui.
El garrote es para usarlo contra su propio pueblo, ese que se dejó arrastrar por las noticias tergiversadas y campañas sucias para elegirlo como jefe de estado. En breve empezarán a comprender el grave error cometido, como lo hacen hoy los argentinos con el suyo.
La primera medida con el garrote es la línea política contra los médicos cubanos del programa de la OPS “Mais Médicos”, y en alianza con el senador yanqui Marco Rubio, miembro activo de la mafia terrorista anticubana, pretendió presionar al gobierno de Cuba con exigencias inaceptables que lesionan la dignidad de los cubanos.
Ante su anuncio…
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