
Por: José R. Oro*
Cubadebate
Lo que ocurre en los Estados Unidos impacta de una forma u otra a muchos países. Por ello es de interés qué puede ocurrir allí durante el 2019 para Cuba, América Latina y el mundo. Nadie posee una “bola de cristal” ni el “don de la profecía”. Este analista mucho menos, solo pretendemos expresar algunas conjeturas que pueden ser de importancia en nuestras vidas.
Política interna

En el Senado a la izquierda, en azul 45 demócratas, en amarillo 2 independientes (que actúan con los demócratas) y 53 republicanos en rojo. En la Cámara con los mismos colores 235 demócratas, 199 republicanos y uno en disputa (casi seguro republicano)/ Gráfico: US Congress.
El viernes 21 de diciembre comenzaron las vacaciones navideñas del Congreso de los EE.UU., de hecho el fin del 115 Congreso que se extendió desde el 3 de enero del 2017 al próximo 3 de enero del 2019, cuando será inaugurado el 116 Congreso, formado en buena parte por los resultados de las elecciones intermedias del 6 de noviembre pasado.
En el nuevo Congreso, la Cámara de Representantes tendrá una significativa mayoría Demócrata (235 escaños contra 200 los republicanos) y el Senado continuará (53 – 47) en manos del Partido Republicano. La libertad de acción del poder ejecutivo, corporizado por el presidente Donald Trump, se termina en buena parte la primera semana de enero.
A pesar de la dura retórica postelectoral, los resultados legislativos de las últimas semanas sugieren que una Cámara demócrata y el Senado republicano podrían trabajar juntos para enviar piezas significativas de legislación al escritorio del presidente Trump en 2019.
Los congresistas este mes aprobaron el importantísimo proyecto de Ley Agrícola, cambios en cómo se tratarán las acusaciones de acoso sexual en el Congreso de Washington y un proyecto de Ley de Reforma de la Justicia Criminal que marca un alto punto bipartidista.
Pero en el 2019, las leyes relacionadas con la inmigración (sobre todo lo referido al muro de la frontera con Mexico), con los sistemas de Salud Publica y Escolar, así como la demanda popular de una fuerte regulación a la venta de armas, pueden ser manzanas de la discordia y hacer que el escenario esté lejos de ser seguro, sobre todo ahora que el ciclo presidencial de la elecciones del 2020 ya ha comenzado.
Todo puede pasar, dependiendo de las circunstancias, hasta una propuesta de impeachment (proceso de destitución) contra Trump el año que viene, que no parece probable, aunque tampoco imposible. ¡Demasiados escándalos de todo tipo!
Sin duda, hay un montón de problemas en el plato del Congreso que se dirigen a 2019. Republicanos y demócratas no han logrado todavía un acuerdo a largo plazo para presupuestar más del 25 por ciento de los gastos propuestos por el gobierno (más allá del infame “Muro”).

Valla fronteriza entre Estados Unidos y México. Foto: Paul Ratje/ AFP.
Durante el próximo año continuará la carnicería de funcionarios de la administración y se empezará a conformar el escenario en que ocurrirán las elecciones presidenciales del 2020.
En general, el principal elemento de la política interna de los EE.UU. se vislumbra sea un fuerte y constante enfrentamiento entre el poder ejecutivo (en la práctica Trump mismo) y la Cámara de Representantes, una oposición de mucha trascendencia, que no tuvo el presidente en la primera mitad de su mandato.
También las elecciones intermedias trajeron un sustantivo cambio en la correlación de las gobernaciones de los Estados. El Partido Demócrata ganó siete estados antes regidos por gobernadores republicanos y ahora manda sobre dos tercios de los estadounidenses y casi el 70% de la economía del país, lo que se reflejara en una mayor oposición al ejecutivo federal.
Política Exterior

Trump y Putin, antes de comenzar la reunión que mantuvieron en julio en Helsinki. Foto: Pablo Martínez/ AP.
Las relaciones con China, Rusia, Irán y Corea del Norte son piezas principales. El conflicto en el Medio Oriente y sus más terribles episodios en Gaza, Siria, Yemen y el problema kurdo son temas que la actual administración ha contribuido a agravar.
Llevar la embajada de los EE.UU. a Jerusalén, vender decenas de miles de millones de dólares en armas sofisticadas a Israel y Arabia Saudita, son ejemplos claros de cómo la administración Trump ignora el sentido común y compromete al pueblo estadounidenses en una espiral de odio y rechazo.
Las relaciones del gobierno con Venezuela, Nicaragua, Cuba, Andrés Manuel López Obrador en México, el enfrentamiento a las pandemias, al cambio climático y muchos otros temas de la mayor consecuencia para la humanidad, son asuntos importantísimos que el gobierno de los EE.UU. debe enfrentar en el 2019, para los cuales no está preparado en absoluto.
Dentro del país norteamericano, pienso que los enemigos de Cuba no desean entender que las agresiones y el cruel bloqueo no tienen ningún futuro. El liderazgo enemigo percibe que lo que pretendan contra nuestro país lo tienen que hacer ahora o nunca.
Una alineación de factores como Trump, John Bolton y otros (incluso internacionalmente, Bolsonaro, etc.) no se les va a volver a producir fácilmente. Por ello van a tratar de hacer un esfuerzo enorme por causarnos daño y tratar de atacar el prestigio de los dirigentes cubanos, llevarse del país a los más brillantes profesionales y tener a la gente en Cuba disgustada. Insistirán en el embuste de que el Gobierno Bolivariano y su presidente Nicolás Maduro se mantienen en el poder gracias a Cuba, y por ello la Isla debe ser “castigada”.
Los cacareados e imaginarios “ataques sónicos” probablemente se usen como excusa para alguna nueva provocación anticubana, antes de que fallezcan de “muerte natural”.
Los grupos procubanos en el Congreso y la sociedad estadounidense incrementaran su acción significativamente y es probable que logren ciertos avances en la lucha contra el bloqueo.
Es posible que la política exterior de la administración Trump en el 2019 sea menos “activa” ya que los esfuerzos del mandatario se van a concentrar más en política interior, en buscar la reelección en el 2020. El magnate ha despedido o forzado a renunciar a funcionarios de alto nivel, sustituyéndolos por otros de menos competencia. Solo le queda amenazar con sancionar a quien no tenga una política que le agrade, sea a la pequeña Nicaragua o el coloso chino.
La retirada de las tropas estadounidenses de Siria anunciada por el presidente Trump, demuestra aun mas fehacientemente que el mandatario no tiene una estrategia de política exterior definida, y que al igual que despide a sus miembros del gabinete con mucha facilidad, también abandona a sus aliados temporales (en este caso los kurdos) por mera conveniencia del momento.
Desde el punto de vista económico

La macroeconomía estadounidense enfrenta muchos retos en el 2019, uno de los principales es la guerra comercial con China y otros países, que impacta muy negativamente a Wall Street. Foto: AFP.
¿La primera economía del mundo mantendrá su buena salud en el 2019? A simple vista, Estados Unidos parece estar en un buen momento (económico) al cierre de 2018, pero el futuro viene cargado de incertidumbres.
El crecimiento será de alrededor del 3% en 2018, el mejor desempeño desde la crisis financiera hace 10 años. Además, el país tiene pleno empleo, al menos desde el punto de vista estadístico, con una tasa de desocupación de menos del 4%, y los precios de la canasta básica se han mantenido con menos de un 3% de subida. Pero esta economía aparentemente buena ya ha comenzado a mostrar fragilidad y 2019 viene con gran cantidad de incertidumbres.
El comercio con el gran “socio” chino está en plena desaceleración, con un crecimiento esperado de solo 6,2% para el año próximo. Además, las tasas de interés, y al otro lado del Atlántico, el Brexit, las protestas de los chalecos amarillos en Francia e Italia, encienden alarmas de que podría acercarse el fin de la fiesta en Estados Unidos.
Trump se ha convertido en el “paladín” de la guerra comercial y las hostilidades comerciales que impulsa la Casa Blanca representan un riesgo real para el crecimiento de Estados Unidos, y más allá de ese país.
Según el FMI, el PIB mundial podría reducirse en un 0,75% debido al aumento de las tensiones comerciales y el crecimiento de los aranceles. Washington lanzó la guerra arancelaria que se ha extendido desde hace meses con el objetivo de equilibrar el comercio y especialmente contra las prácticas de Pekín, al que acusa de robo de patentes, transferencias forzadas de tecnología y espionaje industrial.
“La batalla comercial no agrega nada al crecimiento, y no es seguro de que lo haga en el largo plazo”, dijo Joel Naroff economista asesor de los principales grupos financieros de Wall Street. “Obviamente, los chinos buscarán diversificar sus cadenas de suministro para limitar su dependencia de Estados Unidos y abrir otros mercados para sus productos. El efecto negativo podría ser, por lo tanto, perdurable para Estados Unidos”, agregó.

Edificio que alberga la Reserva Federal de EE UU. Foto: Brooks Kraft/ Getty Images.
General Motors y Ford ya advirtieron que los aranceles sobre el acero y el aluminio les costarían al menos mil millones de dólares este año, en un momento en que el ciclo de ventas de automóviles parece haber alcanzado su punto máximo.
Los agricultores estadounidenses también se ven muy afectados, al estar forzados a reducir los precios o almacenar sus cultivos de soya, que antes de las hostilidades vendían masivamente a China. Entre varias alternativas buscarán vender frijol y productos de soya a Cuba en condiciones favorables, lo que nos interesa mucho.
Los pronósticos sugieren una desaceleración del crecimiento económico el próximo año: Goldman Sachs Research estima un 2,5%, Oxford Economics un alza de 2% a finales de 2019.
El importante mercado inmobiliario está retrocediendo, el costo de los préstamos hipotecarios subió un 5%, algo no visto en mucho tiempo. No debemos olvidar que el consumo es el 70% de la economía de Estados Unidos, y está en su apogeo, pero se enfrenta a la caída de Wall Street, donde el Dow Jones ha visto desaparecer sus ganancias de todo el año 2018 en unas pocas semanas. La deuda de muchas empresas, y el déficit del presupuesto federal, también son factores de riesgo.
Aunque no se observan para el 2019 elementos ostensibles de una recesión a corto plazo, se espera que en el cuarto trimestre se invierta la curva de las tasas de interés, y la tasa de la deuda a dos años se vuelva más alta que la tasa a largo plazo, lo que históricamente ha precedido a la mayoría de las recesiones de Estados Unidos desde 1950.