
Escrito por Telesur
El jefe de la diplomacia venezolana aseguró que su país está dispuesto a trabajar con las Naciones Unidas para recibir la asistencia técnica humanitaria, pero por la fuerza no.
El canciller Jorge Arreaza denunció ante el Consejo de Derechos Humanos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en Ginebra que las presiones de Washington tienen el sello de una intervención militar en el país sudamericano.
Arreaza pidió al organismo internacional que condene los actos
injerencistas e instó a los opositores venezolanos a que se sumen a un
diálogo nacional.
«El presidente Nicolás Maduro ha sido reiterativo en llamar a diálogo
entre las partes, pero ellos (oposición) no han querido porque tienen
instrucciones de no hacerlo desde Gobiernos extranjeros», detalló el
canciller.
El jefe de la diplomacia venezolana inició acciones para crear un
clima de distensión que favorezca a una serie de conversaciones, las
mismas que extendió al presidente estadounidense Donald Trump.
Asimismo, invitó a la Alta Comisionada por los Derechos Humanos de la ONU, Michelle Bachelet, a visitar Venezuela para que evalúe por sí misma la realidad que vive el país, a raíz del bloqueo impuesto por Washington.
Arreaza reiteró que EE.UU. encubre sus maniobras injerencistas
mediante el pretexto de una «ayuda humanitaria», lo cual es una acción
que debe ser condenada por la instancia multinacional.
«Estamos dispuestos a trabajar con las Naciones Unidas para recibir la asistencia técnica humanitaria, pero por la fuerza no».
El diplomático venezolano relató que un caso muy parecido sucedió en
1965, cuando los marines estadounidenses invadieron República
Dominicana, pretextando la entrega de «ayuda humanitaria». El resultado
fue el derrocamiento del Gobierno del presidente Juan Bosch.
Ahora, Donald Trump busca por una parte congratularse con los
sectores duros republicanos y por otra ganar el apoyo que requiere de
los votantes de Florida.
De hecho, el gobernador Ron DeSantis, el representante Mario
Díaz-Balart, así como los senadores Marco Rubio y Rick Scott, han
liderado actos públicos tendientes a favorecer a Juan Guaidó; situación
que muchos países rechazan.
En esta pugna política interna de Estados Unidos, los demócratas de
la Florida temen queTrump se fortalezca, entre estos se encuentran
políticos como el senador Bernie Sanders, quien ha denunciado el
fantasma de un “golpe de estado” en Venezuela liderado por los Estados
Unidos.
El magnate inmobiliario ha logrado incluso dividir al Partido
Demócrata, pues algunos de sus miembros le manifiestan un apoyo
ferviente, tal como una senadora nacida en Colombia, que defendió
declarar a Maduro como líder ilegítimo y reconocer a Guaidó.
Florida es un bastión político muy importante para Trump, ya que busca radicalizar a los exiliados venezolanos y a la nutrida comunidad cubano-estadounidense que viven en Miami para consolidar su reelección en 2020.