Autor: Elson Concepción Pérez | internet@granma.cu
La propia prensa estadounidense, en este caso el diario The New York Times, destapó el asunto de la ayuda humanitaria quemada en la frontera, con el resultado de una investigación periodística que demuestra que el incendio fue causado por un opositor que lanzó un cóctel molotov contra la rastra
La mentira tiene piernas cortas y los montajes mediáticos con fines manipuladores bien pagados, también, y a la vuelta de los días, las semanas, los meses o los años, son desnudados públicamente.
Eso está pasando recientemente en torno al patrón mediático que se ha querido imponer respecto a Venezuela: ayuda humanitaria, gandolas quemadas por los militares al servicio de Maduro, acción de masas contra el impostor Juan Guaidó, deficiencias del sistema eléctrico que han dejado a oscuras el país durante decenas de horas e, incluso, la cifra de 18 muertos por falta de energía en centros hospitalarios.
Así ha ido caminando la mentira de piernas cortas hasta que la propia prensa estadounidense, en este caso el diario The New York Times, destapó el asunto de la ayuda humanitaria quemada en la frontera, con el resultado de una investigación periodística que demuestra que el incendio fue causado por un opositor que lanzó un cóctel molotov contra la rastra.
Esa imagen, que ha dado la vuelta al mundo en forma de video y fotos, siempre fue divulgada por la gran prensa como la acción de los militares venezolanos al servicio del presidente Maduro.
Como resultado de ello, entre los confundidos por la citada fake news o noticia falsa en español, los huérfanos de dignidad que acompañan a Estados Unidos en su guerra contra Caracas, y los atontados del llamado Grupo de Lima, desesperados por acabar con la Revolución Bolivariana, crearon un patrón de mentira y alentaron a los grupos terroristas bajo la égida de la oposición, para que cometieran los más bárbaros actos, sabotajes, atentados y otros, dando tiempo a que entren las fuerzas militares foráneas que ha solicitado el opositor Juan Guaidó.
El citado artículo de The New York Times califica la mentira impuesta en imágenes e informaciones sin verificar, como «un ejemplo clásico de cómo la desinformación se distribuye online». Destaca, además, cómo el gobierno de Donald Trump, usando esa mentira, ha aplicado nuevas sanciones contra el país bolivariano.
Refiere la publicación estadounidense que «el Gobierno colombiano fue uno de los actores que impulsó la teoría de que Maduro había ordenado prender fuego a la ayuda y, una vez que el camión estaba destruido, envió videos de cámaras de seguridad grabados desde el puente a funcionarios estadounidenses y a periodistas colombianos».
El Times señala, además, que «el asesor de seguridad nacional del presidente Donald Trump, John R. Bolton, tuiteó el 2 de marzo que Maduro contrata a criminales para quemar comida y medicinas dirigidas a la gente venezolana».
El diario contactó con el portavoz de Juan Guaidó, quien dijo «no tener información exacta» sobre posibles datos contradictorios sobre el incendio del camión.
Pero hay dos hechos posteriores al montaje mediático en la frontera, que van desnudando a los personajes involucrados en el plan contra Venezuela.
Por ejemplo, desde Bogotá la agencia EFE informó que el Grupo de Lima responsabilizó al régimen de Maduro de la crisis eléctrica. Ni una palabra sobre las criminales acciones de sabotaje llevadas a cabo contra el sistema eléctrico del país.
En un comunicado, dado a conocer por la Cancillería colombiana, el Grupo de Lima reiteró su apoyo a Juan Guaidó, y ratificó el «compromiso con el pueblo venezolano».
Coincidentemente –qué casualidad– Guaidó hizo un llamado desesperado a «tomar Caracas», al parecer en espera de la intervención estadounidense para derrocar al Gobierno bolivariano.
Un reporte de la agencia inglesa Reuters señala que el líder opositor anunció que en los próximos días iniciará con diputados un recorrido por el país para la «gran toma de Caracas», y se refirió a una posible acción militar internacional en Venezuela.
Pasan los días y van saliendo a la luz, tanto las verdades ocultas ante la mentira impuesta por el poder mediático, como las verdaderas intenciones del llamado Grupo de Lima y del propio Guaidó, en ambos casos cumpliendo las órdenes recibidas desde Washington.
La Esquina Roja 