
Prensa Latina
La administración del presidente estadounidense, Donald Trump, está preparando nuevas sanciones contra Cuba y Rusia bajo el argumento del apoyo de ambos países al Gobierno constitucional de Venezuela.
Elliott Abrams, una controvertida figura que se desempeña como
enviado especial del ejecutivo de Trump para el país sudamericano,
manifestó además al portal digital conservador Washington Free Bacon que
Washington aún está considerando opciones militares en esa nación.
Tendremos más sanciones, verán en las próximas semanas los pasos
adicionales que estamos tomando, expresó el funcionario en entrevista
con ese medio, aunque se negó a discutir en qué consistirían las nuevas
medidas.
Según esa fuente, altas figuras del Gobierno norteamericano mantienen
conversaciones regulares con Juan Guaidó, diputado de la Asamblea
Nacional declarada en desacato que se autoproclamó presidente interino
de Venezuela en enero pasado, y a quien Estados Unidos reconoce como
tal.
Guaidó encabezó la semana pasada un intento de golpe de Estado contra
el mandatario Nicolás Maduro, a quien Washington intenta sacar del
cargo con su respaldo al mencionado legislador opositor, la imposición
de castigos económicos y otras acciones.
A decir de Abrams, en medio de esa situación ‘Estados Unidos asume la
responsabilidad de apuntar a Rusia y Cuba por su apoyo continuo a
Maduro’, pues el ejecutivo de Trump usa el argumento de que Moscú y La
Habana contribuyen a que el jefe de Estado venezolano se mantenga en el
cargo.
De ese modo, Washington desconoce la voluntad de los electores
venezolanos, pues en los comicios de mayo de 2018 Maduro fue reelegido
con el 68 por ciento de los votos.
Con el tema del respaldo al mandatario venezolano, así como con la
afirmación, sin presentar pruebas, de que Cuba cuenta con tropas
militares en la nación sudamericana, la administración estadounidense
trata de justificar su creciente agresividad contra la isla.
La semana pasada el ejecutivo de Trump activó el Título III de la
controvertida Ley Helms-Burton, que permite a ciudadanos estadounidenses
presentar demandas contra personas y entidades que invierten en
propiedades nacionalizadas Cuba después del triunfo de la Revolución el 1
de enero de 1959.
A ello se une que el asesor de Seguridad Nacional, John Bolton,
apelando a la controversial Doctrina Monroe que defiende la injerencia
estadounidense en la región, anunció a mediados de abril nuevas
restricciones contra la isla, entre ellas limitar los viajes no
familiares y el envío de remesas.
Según Abrams, además de los pasos ya tomados en contra de la mayor de
las Antillas, ‘hay otros que estamos dispuestos a tomar y tomaremos’; y
añadió que, en el caso de Rusia, ‘tenemos una lista de opciones’.
El Gobierno de Trump mantiene esa postura aun cuando las autoridades
cubanas han negado reiteradamente la presencia de tropas en Venezuela,
donde la isla sí cuenta con miles de colaboradores de la salud y otras
áreas.
Asimismo, la administración promueve esa hostil política de sanciones a pesar del rechazo de diversos sectores norteamericanos y de muchos países, incluso aliados de Estados Unidos.