Bolivia le viene ganando la partida al “no hay alternativa”, demostrando que con la justicia social y la eficiencia se ven los buenos resultados.
Vuelve con toda su fuerza. La vieja receta del “no hay alternativa” cobra su máxima importancia en estos tiempos de alta intensidad en la disputa geopolítica y geoeconómica. La vieja tesis resurge como si fuera nueva, con gran ímpetu y con la intención de convencernos de que el único camino es el neoliberal.
La fuerte restricción externa que acecha a Latinoamérica desde hace varios años ha puesto en tensión a la mayoría de los modelos económicos, con independencia del signo político que los gestione. Salvo en contadas excepciones, la mayoría de las economías no ha sabido conducir el nuevo ciclo a la baja del precio de los commodities. La caída de las divisas procedente de la venta de materias primas ha…
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