
El acercamiento continuo de Cuba a sus ciudadanos residentes en el exterior ha tenido que sortear también los efectos negativos del bloqueo. La proyección hacia Cuba de la actual administración de EE.UU. y su inmovilidad en relación con sus promesas preelectorales, ha profundizado en la comunidad de cubanos en otros países las consecuencias de las medidas adoptadas por Donald Trump.
Entre las afectaciones más notables pueden citarse las restricciones al envío de remesas y la negativa de los bancos en otras naciones a realizar transacciones hacia Cuba.
El cierre arbitrario de los servicios consulares de EE.UU. en Cuba ha obligado a nuestros nacionales a viajar a terceros países sin garantía de visado. La eliminación de vuelos a todos los destinos cubanos con excepción de La Habana, afecta el derecho de los cubanos a viajar, e incluso, a emigrar, y obstaculiza así el flujo migratorio regular, ordenado y seguro entre Cuba y EE.UU.
En respuesta a esta hostilidad contra Cuba, un grupo de nacionales y amigos de la solidaridad en el exterior protagonizan desde marzo de 2021 las jornadas internacionales Puentes de amor, iniciativa convocada por el profesor cubano Carlos Lazo, que incluye manifestaciones, mítines y caravanas para exigir el levantamiento del bloqueo desde disímiles ciudades del mundo.
En la lucha contra una política de bloqueo obsoleta y en el aporte material a la Isla frente a la pandemia, han confluido los esfuerzos de cubanos que desde varias latitudes favorecen una relación constructiva con su país de origen.
Ese sentimiento llega desde EE.UU., Latinoamérica, Europa, o la lejana China, desde donde Javier Batista Pérez compartió con Cubadebate las palabras con las que siembra en sus hijas la presencia cercana de su Patria: “Siempre les digo que a Cuba la llevamos en el corazón, no importa cuán lejos estemos”.