
Autor: Redacción Internacional | internacionales@granma.cu
El Consejo Nacional de Iglesias de Cristo en los Estados Unidos de América presentó, junto al Consejo de Iglesias de Cuba, una declaración de principios con el objetivo de pedir el fin del bloqueo, el cual tiene efectos territoriales en la mayoría de los países miembros de la Naciones Unidas, y por la normalización de las relaciones entre ambos pueblos y naciones.
Además, expresaron su oposición a la Administración Trump por la nuevas restricciones de viajes entre Cuba y Estados Unidos, al igual que la decisión de no extender la suspensión del Título III de la Ley Helms-Burton, acción que busca empeorar la calidad de vida del pueblo cubano y que crea enormes e innecesarios problemas legales a nivel internacional.
El reverendo Jim Winkler, máxima autoridad del Consejo Nacional de Iglesias de Cristo en los Estados Unidos de América, junto a su par cubano, el reverendo Antonio Santana Hernández, declararon también su desacuerdo con la limitación y restricción de las remesas familiares desde Estados Unidos a Cuba y abogaron por la reapertura y normalización de los servicios consulares entre los dos países.
«Finalmente, estas recientes acciones de la Administración Trump son otro obstáculo en nuestra unidad en la misión a la cual Dios nos ha llamado y una limitación para las relaciones, hermanamientos y crecimiento espiritual de las iglesias en los Estados Unidos de América y en Cuba.
«Por todo esto hacemos un llamado a las iglesias en nuestros países y a nuestras contrapartes ecuménicas, organizaciones basadas en la fe y a todas las personas de buena voluntad en nuestra región y alrededor del mundo, a unirse a nosotros en incidencia, solidaridad y acciones para mejorar el presente y el futuro de nuestros dos países, iglesias y pueblos», señalaron ambas autoridades en la declaración.
Cabe destacar que desde 1968 el Consejo Nacional de Iglesias de Cristo en los Estados Unidos de América ha trabajado por la eliminación del bloqueo económico, las restricciones de viajes y la normalización de las relaciones diplomáticas con Cuba. Sin embargo, luego de un significativo progreso en los últimos años, el Gobierno estadounidense ha comenzado un periodo crítico que pretende acabar con lo logrado hasta el momento.