Por: Israel Valdés Rodríguez
Las imágenes han recorrido el Mundo. Cientos de pasajeros y la propia tripulación del Crucero británico MS Braemar, de la línea Fred Olsen, desembarcaron en el puerto del Mariel y trasladados al Aeropuerto Internacional José Martí y se dirigieron al Reino Unido en cuatro vuelos chárter de compañías aéreas de dicho país. La noticia tuvo un impacto extraordinario en las redes sociales.
Sin dudas, estamos viviendo en un contexto histórico en que una pandemia acecha al mundo: el Sars-CoV-2 / Covid 19. Son tiempos de solidaridad. Es necesario establecer, garantizar y fortalecer la cooperación internacional para enfrentar ese flagelo, que amenaza con expandirse por todo el globo terráqueo.
Cuba siempre ha sido un ejemplo de solidaridad y humanismo mediante su contribución en aspectos relacionados con la salud, educación, deporte, construcción, etc.
En este caso, la llamada de auxilio del crucero MS Braemar, no podía ser soslayada por nuestro gobierno. Se conoce que otros gobiernos a los cuales les solicitaron ayuda se negaron, uno de ellos, por supuesto, el del Emperador Donald Trump. En nuestro caso, la delicada y urgente situación humanitaria fue analizada y el sentido común y la sensibilidad humana se impusieron. De inmediato afloró el pensamiento y la prédica martiana de que “Patria es humanidad”. Lo que quiere decir, que en casos como estos no deben existir barreras en cuanto a localismos estrechos. Es necesario cooperar, para resolver el riesgo real que representaba para la vida de cinco personas que estaban infectadas con el peligroso virus.
Ahora viene a nuestra mente aquel pasaje histórico en que la expedición del Granma se dirigía a Cuba, para iniciar nuestra última guerra de liberación nacional y uno de los expedicionarios cayó al mar y nuestro líder histórico Fidel Castro Ruz, decidió, a pesar de ponerse en riesgo el objetivo de la misión, rescatar al combatiente. Se perdió casi una hora en la búsqueda angustiosa del desdichado, pero se salvó la vida de un hombre. Desde entonces aprendimos que la vida de una persona es más importante que todo lo demás; aprendimos que la salud es un derecho humano.
A partir de enero de 1959 la solidaridad y el humanismo han sido prácticas cotidianas, son principios éticos que forman parte de nuestras tradiciones, de nuestra idiosincrasia. Somos un pueblo afortunado al encontrar una vacuna para combatir las calamidades, las miserias, las enfermedades: La solidaridad y el humanismo.
Hay que agregar, que la solidaridad y el humanismo son dos componentes importantes en el texto de la Constitución de la República de Cuba.
¿Qué es el humanismo?
El humanismo es el amor hacia los seres humanos, y la preocupación por el desarrollo pleno de todos sobre la base de la justicia. Es la consideración, sensibilidad y estima con el ser humano.
De la ética de José Martí: “La cobardía y la indiferencia no pueden ser nunca las leyes de la humanidad. Es necesario para ser servido de todos, servir a todos”.
De la ética de Fidel Castro: “(…) es ser tratado y tratar a los demás como seres humanos”.
¿Cómo se manifiesta esto? Se manifiesta del siguiente modo:
- Sentir los problemas de los demás como propios. Brindar afecto, comprensión, mostrar interés, preocupación, colaboración y entrega generosa hacia las personas.
- Respetar a las personas sobre la base del valor intrínseco del ser humano.
- Ser altruistas, generosos y desinteresados.
¿Qué es la solidaridad?
Es comprometerse en idea y acción con el bienestar de los otros: en la familia, la escuela, los colectivos laborales, la nación y otros pueblos. Es estar siempre atento a toda la masa que nos rodea. Es la capacidad de sentir en su propio cuerpo el dolor ajeno.
De la ética de José Martí: “Nadie tiene el derecho de dormir tranquilo mientras haya un solo hombre infeliz”.
De la ética de Fidel Castro: “Solidaridad no es dar lo que nos sobra, sino compartir lo que tenemos”.
¿Cómo se manifiesta esto? Se manifiesta del siguiente modo:
- Identificarse con las causas justas y defenderlas.
- Estar dispuesto a realizar acciones solidarias dentro y fuera del país, incluso al precio de elevados sacrificios materiales y espirituales.
- Brindar ayuda a personas que lo necesiten, de manera altruista, con sencillez.
Las personas altruistas son aquellas que subordinan los intereses individuales a los intereses familiares, sociales o de la humanidad. Es capaz de sentir como suyos los problemas de otros, contribuir a su solución. Esto fue lo que hicimos al auxiliar a las personas que se encontraban en el Crucero MS Braemar.
La respuesta de los cruceristas ante la eficiente, rápida, responsable y oportuna Operación Humanitaria fue la de enarbolar un letrero que decía: “Te quiero Cuba”.
Nuestra réplica es: “Amor con amor se paga”.
Tomado de Cuba por Siempre.